MENSAJE POR PASTOR ROB INRIG
DE BETHANY BAPTIST EN RICHMOND, BC.
Te invito a orar conmigo, Dios Padre escucha nuestra oración, de acuerdo a tu palabra esta escrito en Lucas 11:9 “Continua pidiendo, y te sera dado. Continua buscando, y lo encontraras. Continua tocando y te sera abierto. " te pedimos sanidad para familiares y amigos queridos, te pedimos un milagro para cada uno de ellos, Tu les conoces por su nombre ( Gaby P, Vicky O, Nancy R, Tere G, Liz N, Gloria F, Monika N, Stevie A, Les N, Miguel H, Socrates D, Sara’s mamá H, Sergei B, Margarita G, Fega G, Manuel D, Marlene C, Rosy Ch. Richard H.) unos luchando con dolor físico, otros cansados de luchar espiritualmente, todos tus hijos adoptivos, fortalece su fe en ti, oh! Padre Dios escucha nuestra oración, oramos también por todas las personas alrededor del mundo que están sufriendo con guerras, devastación, hambre, dolor, odio y tristeza, especialmente los niños sin saber ni entender el porque. Sabemos que Tu los amas tanto oh Padre Dios escucha nuestra oración, te lo pedimos en el nombre de Nuestro Señor de Señores y Rey de Reyes tu amado hijo Jesus Cristo. ¡AMÉN!
Dios Padre te damos gracias por tu respuesta
A nuestros ruegos Con las buenas nuevas
con la salud recuperada para algunos
Fortalecedlos para que retomen su fe en ti
Y que sean testimonio de que tu les amas y que
respondes cuando confiamos y creemos en ti
Gracias Padre Dios en el nombre
de Jesús nuestro Señor de Señores y Rey de Reyes
Alabado sea tu nombre
siempre y por siempre, AMÉN.
Ahora bien, supongo que rara vez han oído el pasaje que vamos a analizar esta mañana como uno que se asocie comúnmente con la Navidad. ¿Por qué lo haríamos? No hay pastores , ni colinas, ni bebés. Pero vamos , ¿cómo sería la Navidad sin ellos? , sin embargo, en lo que analizaremos, veremos que los acontecimientos se desarrollan exactamente como Dios los planeó, exactamente como Dios dijo. Todos los acontecimientos de los que se habla conducen a la llegada de un Rey y de un Reino eterno que nunca terminará.
Así que, a dónde nos lleva esto, esta mañana analizaremos brevemente un sueño. Como advertencia, estoy de acuerdo en que analizar este sueño ahora, en esta época del año, parece una mala idea. La historia de Belén en la que nos encontramos ahora es un sueño de una estatua, soñado por un hombre que vive en una tierra lejana, en un tiempo lejano. El lugar no está ni cerca de donde se desarrolla nuestra historia de Navidad.
El hombre a quien se le presentó este sueño no es ciertamente amigo de Israel. Todo lo contrario. Fue él quien destruyó el Templo de Salomón y quien llevó a Israel a 70 largos años de cautiverio. Su nombre, Nabucodonosor, a quien en un extraño sueño se le dio revelación del futuro que estaba por venir, es parte de ese espectacular evento que tenemos ante nuestros ojos esta mañana. Es un sueño sobre reinos , unos que fueron y otros que estaban por venir. Estos reinos gobernarían el mundo conocido. Este sueño se le dio 600 años antes de que algunos de estos eventos se desarrollaran e incluso más antes de que se hicieran realidad.
Entonces, ¿qué se nos dice en este sueño de una enorme estatua de apariencia deslumbrante?
La cabeza de la estatua estaba hecha de oro puro de Babilonia , su pecho y brazos de plata de medo Persa, su vientre y muslos de bronce de Grecia , sus piernas de hierro de Roma , sus pies en parte de hierro y en parte de barro cocido un conjunto de poderes, aparentemente conectados. Mientras miraban, una piedra fue cortada, pero no por manos humanas. Golpeó la estatua en sus pies de hierro y barro, y los destrozó. Entonces se desmenuzaron también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y quedaron como paja menuda en una era de verano, y el viento los arrastró. Sin dejar rastro, pero la roca que golpeó la estatua se convirtió en una enorme montaña. Y llenó toda la tierra. Daniel 2:32-35.
Interesante quizás, pero...? Sin embargo, no te pierdas lo que se nos dice en :44 En el tiempo de esos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que NUNCA SERÁ DESTRUIDO ... Aplastará todos esos reinos y les pondrá fin, pero este PERDURARÁ PARA SIEMPRE.
Este reino indestructible que perdurará por siempre es el que une el presente con el futuro, y luego une el presente con el mañana , en lo que está por venir. Los acontecimientos pasados nos conducen a un tiempo venidero que superará todo lo que ha sucedido antes. Un reino que nunca será destruido. Un reino que nunca terminará. Un reino que no fue creado ni gobernado por el hombre, sino gobernado por Dios.
Seamos honestos - la mayoría de las veces apenas pensamos en cosas como reinos y reyes, especialmente en un momento en el que se supone que deberíamos centrarnos en un ángel que anunció un bebé. Y, sin embargo, en realidad este " Rey y Su Reino " Esto es exactamente lo que significa la Navidad. Como declararon los ángeles, No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo. Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. A él el Señor Dios le dará a El trono de su padre David, y El reinará sobre la descendencia de Jacob para siempre; Su reino no tendrá fin . Lc 2:10-11; Lc 1:32,33.
Otra descripción se da de aquel de Quien se dirá, Salvación, gloria, honra y poder al Señor nuestro Dios: Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero. Sus ojos eran como llama de fuego y en su cabeza había muchas coronas ; y en su manto y en su muslo, un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES . Apocalipsis 19:1,11,12,16 Esta mirada de Él está muy alejada de lo que vemos en Belén.
Su entrada al mundo marca un comienzo, pero a dónde nos lleva es algo más. Con este nacimiento se nos muestra un espectáculo, pero nada parecido a lo que nos dicen que está por venir.
En esta introducción celebramos la Navidad, tenemos todos los accesorios de una historia increíble - efectos especiales nunca antes vistos , orquestación de " primera obra, única obra " y giros intrigantes en la trama. Sin embargo, estamos tan familiarizados con la historia que a menudo se la descarta con un " ya la hemos visto antes " , y una gran cantidad de personas creen que esta narración del nacimiento no es más que una historia. Como historia, es fácil restarle importancia o contextualizar lo milagroso y, en cambio, rodearla de luces atractivas, música conmovedora y festiva, darnos regalos unos a otros y desear que fuera verdad . ‘Sueños.
Para quienes se aventuran a considerarlo como algo más (una virgen, un rey, un reino), resulta demasiado difícil de creer. Por eso, se re-configura y se convierte en un relato de pastores deslumbrados, un niño nacido en un establo y la entrega de algunos grandes regalos.
El único problema es que un pesebre y un niño nunca estuvieron destinados a ser un acontecimiento en el que " la historia comienza y termina " . Si lo que nos dice la llegada de este pesebre es verdad, este acontecimiento conduce a la invitación más importante que jamás se le haya ofrecido a la humanidad, su impacto en nosotros basada sobre nuestra respuesta a la revelación de la que habla y de lo que hagamos con el desarrollo de lo que está por venir. ¿Que tan cierto puede ser esto?
¿Qué tan cierto? – Tal como el sueño con el que comenzamos, que se nos contó hace 3000 años en tierras lejanas y en un lugar lejano. El sueño de Nabucodonosor que nos lleva a recorrer reinos conquistados, grandes riquezas y enorme poder. Y en estos grandes reinos que Daniel nos presenta, hay algo inevitable, que, sin importar cuán grandes e invencibles parecieran ser esos reinos, todos llegaron a su fin. Mucho más importante, lo que no nos atrevemos a pasar por alto es que estos reinos aparecieron en escena exactamente como se describió, Para quienes se aventuran a considerarlo como algo más (una virgen, un rey, un reino), resulta demasiado difícil de creer. Por eso, se re-configura y se convierte en un relato de pastores deslumbrados, un niño nacido en un establo y la entrega de algunos grandes regalos.
Sin embargo, a pesar de su poder, ahora solo resuenan sus ruinas cuando pasamos. Por unos minutos, centrémonos en estos imperios.
Los dos primeros los mencionaremos de pasada porque son los que menos tienen que ver con lo que veremos en la pequeña ciudad de Belén, en Navidad. El primero, Babilonia. Bajo el gobierno de Nabucodonosor , la riqueza , el poder y la belleza de Babilonia eran incomparables. De mayor importancia fue su papel en la destrucción del Templo de Jerusalén y el cautiverio de los judíos, donde permanecerían durante 70 años. Tras la poderosa Babilonia, el imperio Medo-Persa gobernó hasta el final de la era del Antiguo Testamento. Fue durante el imperio Medo-Persa que a los Judíos que habían sido llevados cautivos de su tierra se les permitió regresar y reconstruir Jerusalén.
Ahora bien, entre el final del Antiguo Testamento y las primeras páginas del Nuevo Testamento, han pasado 400 años, y Dios ha permanecido extrañamente en silencio. Durante este tiempo no tenemos registro de que los profetas hablaran, ni evidencia de que Dios obrara. Sin embargo, eso no significa que no estuvieran sucediendo cosas significativas que tendrían un gran impacto en los eventos que pronto veremos. Para entender eso, abróchense los cinturones , hay mucho que comprender.
En este período de 400 años , Grecia gobernaría el mundo gracias a lo que hizo un hombre para unir Grecia y Macedonia y formar un imperio que luego conquistaría Medo-Persia. Las fuentes nos dicen que este hombre , Filipo, tenía un hijo que estaba más interesado en los libros y el estudio que en la esperanza de convertirlo en un líder, le pidió a Aristoteles que fuera su tutor.
Cuando ese hijo se enteró de que los Medo-Persas habían asesinado a su padre, la ira lo convirtió de erudito en guerrero. Su primer objetivo fue Medo-Persia y desde entonces Alejandro Magno nunca miró atrás. Sus victorias se sucedieron tan rápidamente que, a los 29 años, ya había conquistado el mundo. Dos años después murió borracho, con el propósito de su vida de llevar la cultura y la lengua griegas a todo el mundo, ya que no tenia mas países que conquistar.
¿Adónde va esto? Espera, ya lo verás. Sin dejar herederos, el gobierno de Alejandro se dividió entre cuatro generales - los más destacados, Seleuco en el norte y Ptolomeo en el sur. ¿Y apretados entre ellos? Israel , que sufrió mucho cuando Antíoco Epífanes, del norte, furioso porque le habían impedido atacar Egipto, atacó Jerusalén. Mató a muchos, pero ¿su mayor crimen ? - violar el Templo en lo que fue la Abominación de la Desolación. Una vez más, ¿entonces qué ?
Antigua ciudad de Belen
¿Qué tiene que ver esto con Gozo para el mundo y Oh, pequeña ciudad de Belén? Mucho, en realidad. El problema es que tengo que poner los puntos en su lugar antes de ver cómo se conectan. Una de esas líneas de conexión es que bajo el reinado de Alejandro, el Griego se convirtió en el idioma unificador del mundo. Otra de esas líneas, un acontecimiento que todavía está por venir , describe cuándo vendrá otro para tratar de establecer su reino. Se nos dice que éste también vendrá y entrará en el Santo Templo de Dios , exigiendo ser adorado como Dios , la gran abominación de la desolación. Esta vez todavía está por venir. Sus acciones tendrán un final rápido cuando sea golpeado por lo que el sueño de Daniel habla de - una Roca cuyo Reino nunca será destruido y perdurará para siempre .
El Nuevo Testamento nos abre el camino a ese reino Griego, donde ahora encontramos a Roma al mando. Es un mundo tiránico, opresivo y oscuro. El profeta Isaías, 750 años antes de Jesús, describe la oscuridad de esta manera, Los que andaban en tinieblas vieron una gran luz; la luz amaneció sobre los que vivían en la tierra de las tinieblas... Porque nos ha nacido un niño, nos ha sido dado un hijo, y el gobierno estará sobre sus hombros. Sera nombrado, Admirable, Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. El dominio será vasto, y su prosperidad nunca tendrá fin. Reinará sobre el trono de David y sobre su reino , para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Is 9,2.3; 6,7
Esta profecía no sólo habla de un bebé que vendría, sino de un reino eterno que todavía está por venir, el cual Nabucodonosor reconoció 600 años antes, el reino de Dios es un reino eterno. Daniel 4:3 .
Ese reino completamente diferente al que conocemos ahora o a los que se han conocido antes. Un mundo que no tiene tiroteos en las escuelas que reportar; no tiene titulares de fraude y abuso, no tiene campañas de prevención del cáncer. Este es un tiempo que se nos dirá, He aquí que vienen días, declara el Señor, cuando levantaré de David una nueva rama, y reinará como Rey, el cual actuará sabiamente, y hará juicio y justicia en la tierra.... Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre Su reino , disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre ( Jer. 23:5 ). Este Reino terrenal dirigido por el cielo aún está por venir.
Ese reino vendrá exactamente como fue dicho cientos de años antes - por profetas como Daniel, Abdías, Habacuc, Miqueas y Zacarías y el apóstol Juan ( Abd 1:21, Hab 2:14, Miq 4:2, Zacarías 14:9, Apocalipsis 20,21) donde Jesús literalmente reinará en la tierra.
Un tiempo en el que no habrá más guerra, ni más dolor, ni mas pena. Donde el lobo vivirá con el cordero, el leopardo deberá acostarse con el cabrito, el becerro y el león y el animal doméstico juntos, y un niño pequeño los pastoreará. Is 11:6 Donde ya no habrá más enfermedad ni dolor.
Seguro que suena como un sueño incomprensible. De una vida lejana, en un mundo lejano. Una historia increíble con grandes efectos especiales. Sin embargo, este reino llegará exactamente como se ha dicho.
Dios da a conocer su plan y sus propósitos en una estatua, en un desierto, en un mar Rojo infranqueable y en un establo. Todos ellos cuentan una historia verdadera - la de un Salvador, un Reino y un Rey.
Un Reino al que Dios nos invita a través de Jesús, quien vino a nosotros en un pesebre. Su entrada no se parecía en nada a la de un Rey. No había una gran estatua, ni un trono, ni pompa, ni símbolos de poder, ni restricciones que nos mantuvieran alejados, ni ningún mandato que exigiera que nos arrodilláramos.
En cambio, humildad para que pudiéramos acercarnos. Vulnerabilidad para que no tuviéramos miedo. Compasión para que nos sintiéramos aceptados. Pobreza para que no tuviéramos que pagar ningún precio. Venida - Dios con nosotros - como un niño - La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo, que procede del Padre, lleno de gracia y la verdad. Juan 1:14.
Este Jesús que dejó a un lado Su gloria para que un día nosotros que estemos dispuestos a venir y verlo como Él es, el Hijo de Dios venido en carne, que murió en una cruz, luego resucitó de una tumba, para que un día vivamos con Él para siempre, experimentando Su gloria plena y la nuestra.
Todo esta disponible para aquellos que humildemente nos inclinamos ante Él, reconociendo nuestro pecado y aceptando el perdón que Él ofrece a todos los que con fe salvadora acuden a Él. Acudiendo en arrepentimiento no a un pesebre sino a una cruz donde Él, Jesús, me hace justo ante Dios.
Y una cosa más acerca de ese Reino que se nos dice - una parte más de la estatua de Nabucodonosor que se desarrollará exactamente como se nos dijo. La entrada a Su reino ahora para aquellos que han aceptado a Jesús como su Salvador y Señor, quienes, como Col 1:13 nos dice, han sido " Transferidos del reino de las tinieblas al reino de Su gloriosa luz" . En el momento en que eso ocurrió, nuestra ciudadanía cambió de inmediato, dándonos una experiencia real de Su Reino ahora, pero la participación plena en Su reino eterno aún está por venir.
Es un reino que ahora disfruta alguien a quien visité esta semana. Había vivido una vida larga, rica y plena. Rica en familia, rica en amigos y rica en una fe profunda y auténtica. Pero sus días terminaron de una manera muy diferente a la energía, alegría y personalidad con las que vivió. Su cuerpo lo traicionó. Verlo así es un fuerte recordatorio de que invertir todas nuestras energías, todo nuestro amor, todas nuestras esperanzas en el aquí y ahora no significa nada. Si esto es todo lo que tenemos, si esto es todo lo que podemos esperar, no nos queda nada. Afortunadamente, su verdadera esperanza está en lo que está experimentando ahora - todo es nuevo, todo es glorioso en el Reino al que acaba de entrar.
Este Reino no se trata de un tiempo lejano, sino de un Reino al que el Creador de toda la tierra nos invita a entrar ahora, a convertirnos en sus hijos, una invitación que se ofrece a todos los que se inclinen ante Jesús, como Rey de reyes y Señor de señores. No hay entrada reservada para los dignos o los buenos. No hay entrada concedida por las cosas que se hacen o se dan. No hay entrada reservada para los religiosos, los “buenos” o los sabios. Solo entrada para aquellos que se arrodillan y le piden a Jesús que perdone sus pecados y los haga sus hijos por la sangre salvadora de Jesús.
Esta ES, en realidad, la historia de la Navidad - no la de un bebé, sino la de un Rey. Un Rey que vino a rescatarnos. Un Rey Salvador. Se nos ofrece como algo verdadero.
Basándonos en eso y solo en eso, ganamos la entrada a un Reino que nunca será destruido. Un Reino que nunca tendrá fin. Un Reino que aplastará a todos los reinos que han existido antes. Este Reino creado para el hombre por Dios.
Este reino que el salmista nos asegura, Tu reino es reino eterno, y tu dominio perdura por todas las generaciones. El Señor es fiel en todo lo que promete y fiel en todo lo que hace. Salmos 145:13 ¿Y qué es lo que El hace?
El que estaba sentado en el trono dijo, ¡estoy haciendo todo nuevo! Luego dijo, Escribe esto, porque estas palabras son fieles y verdaderas. Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, El principio y el fin. Al que tenga sed le daré agua gratuitamente. de la fuente del agua de la vida. Los que son victoriosos heredarán todo esto, y yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos. Apocalipsis 21:5-6.
Una nueva vida, un nuevo reino. ¿Demasiado difícil de creer, demasiado difícil de aceptar?
Tal vez, pero también fue un sueño de una estatua que terminó contándonos con precisión los acontecimientos que iban a suceder y que, con el tiempo, conducirían a un pesebre, a una cruz, a una tumba que estaba vacía y, luego, a la sala del trono de un rey. Este Rey , el Rey de todos los reyes, ante quien, en un tiempo venidero, en el nombre de Jesús, se doblará toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:10,11.
No vengan porque sean mejores o buenos, vengan porque han sido invitados por el don de Dios. ¡ Qué gran amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios! Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios . Juan 1:12, 1 Juan 3:1
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